Nos visita el General de la Orden.Viene a su casa como siempre, doblemente, como hijo de la provinvia Bética en la que se formó y cultivó sus extraordinarios dotes, hechos virtud, y por su total dedicación a la enseñanza y a las funciones desempeñadas con actitud de fe obediencial.
Si bien no podemos imitarlo en sus altas cualidades, sí deberíamos seguirle en su espíritu de trabajo y de entrega, por el bien de la Iglesia en general y de la orden en concreto, preocupándose personalmente con los que, de un modo directo, se le han encomendado.
Es lo que está haciendo en las visitas canónicas que lleva a cabo en las casas, para mayor honra y gloria de Dios y de Nuestra Madre, y el mayor bien para todas y cada una de las que visita.
Deseamos que todos vibremos mejor con él, para adquirir mejor conciencia y responsabilidad en el Consuelo.
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