Roma, 12 febrero 2013
Prot. 21/2013
Prot. 21/2013
A Su Santidad
Papa Benedetto XVI
Papa Benedetto XVI
Beatísimo Padre,
Hemos recibido con gran sorpresa y
emoción Su declaración de hoy del deseo de renunciar al ministerio
petrino. En nombre mío personal y de toda la Orden Carmelita deseo
expresarLe, en este momento particular de Su vida y de la historia de la
Iglesia, los sentimientos de profundo afecto y agradecimiento por el
servicio realizado con decisión y abnegación a la comunidad de los
creyentes en Cristo. Con gran respeto acojo las motivaciones que Usted
ha propuesto: son signo de Su amor por la Iglesia y de la conciencia con
que ha llevado y lleva el ministerio de Pastor romano y universal.
Recuerdo con emoción los momentos en los
que he podido encontrarLe en persona y las palabras de cercanía e
interés que ha tenido en varias ocasiones, no tanto a mi persona como a
la Orden y a su vida, desde la primera audiencia pública en la que
participé recién elegido Prior General en el 2007. Experimenté una
gran alegría con mis hermanos y con todos los miembros de la Familia
Carmelita el 26 de abril de 2009, cuando, en la Basílica de San Pedro,
escuchamos Su voz, mientras declaraba inscrito en el catálogo de los
santos a san Nuño de Santa María. También me sentí muy conmovido por Su
afectuoso interés acerca de la actividad con los jóvenes europeos cuando
fui con los jóvenes que participaban en la “Peregrinación de la
Esperanza” en el 2010 a Castelgandolfo para encontrarnos con Usted. En
aquella ocasión Usted me dijo que los Carmelitas son “ aquellos que
enseñan a orar”; Le aseguro que aquellas palabras se quedaron
profundamente impresas en nuestro corazón. El año siguiente muchos de
ellos conmigo y con otros hermanos y hermanas Carmelitas participaron en
la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, donde , una vez más,
pudimos escuchar Sus fuertes palabras que nos animan a seguir al Señor
Jesús y llevarlo al mundo. Recientemente he podido devolverLe un breve
saludo durante la audiencia general del 19 de septiembre 2012, con
ocasión del Congreso Internacional de los Laicos Carmelitas.
Le doy las gracias por las
beatificaciones que ha querido aprobar y celebrar durante Su
pontificado, algunas durante el mandato de mi predecesor P. Joseph
Chalmers: la b. Maria Crocifissa Curcio, la b. Maria Teresa Scrilli, los
bb. Angel Prat y compañeros mártires carmelitas, la b. Candelaria de
San José, el b. Angelo Paoli. Hay otros dos grupos de mártires del siglo
XX en España pendientes de ser beatificados el próximo mes de octubre.
También hay varias figuras eminentes por la santidad a las que se les ha
reconocido las virtudes heroicas. A todas ellas y a los Santos
Carmelitas le confiamos Su persona para que le asistan y le protejan.
Conocemos bien Su afecto hacia la Madre y
Hermana del Carmelo y en varias ocasiones pudimos apreciar las
referencias hechas a Ella. También sabemos bien cómo Usted nunca ha
olvidado el haber vivido durante muchos años en el territorio de la
parroquia de Santa Maria in Traspontina, que lo ha visitado en varias
ocasiones como Cardenal, en particular durante una novena de preparación
a la solemnidad del Carmen y para tener un encuentro de lectio divina.
Le damos las gracias por el coraje y la
esperanza – que Usted nunca ha dejado de indicar como esencial para la
vida cristiana- con que ha hecho el gesto, inesperado, de renuncia.
Estamos cerca de Usted, Santo Padre, en este momento grave de Su vida y
de la de nuestra como católicos. Como siempre y más que nunca Le
aseguramos la oración y el afecto filial, seguros de que Su decisión es
un signo de la presencia y la acción del Espíritu para el bien de la
Iglesia.
Junto a mis hermanos y hermanas
Carmelitas, me afirmo una vez más hijo devotísimo de la Iglesia, de
Usted, Santo Padre, y de quien el Espíritu y los Cardenales quieran
darnos como sucesor de Pedro.
P. Fernando Millán Romeral, O.Carm.
Prior General
P. Fernando Millán Romeral, O.Carm.
Prior General
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