
Nuestra parroquia ha alumbrado a muchos hijos de Dios: a presbíteros, a seglares y matrimonios en misión, a un diácono permanente, a hermanos y hermanas en la Vida Consagrada. Como Pueblo de Dios, no sólo ha sembrado la semilla del Evangelio entre los feligreses de su propia demarcación sino que ha surcado "fuertes y fronteras" llevando la Buena Noticia a las naciones a través de sus misioneros, sacerdotes, religiosos y seglares, como veremos a lo largo de estas páginas.
Como en el antiguo Israel, deseo que en este 50 aniversario de Nuestra Parroquia se haga realidad aquel tradicional jubileo en el que, al son de trompeta, se proclamaba un año sabático o de gracia, por la vuelta al Señor, la reconciliación entre los hombres y el descanso de la tierra.
Que estas Bodas de Oro sean de júbilo y de acción de gracias al Señor por tantos y tantos beneficios recibidos de Él.
Mi agradecimiento para todos los que trabajaron y para cuantos aun trabajan en esta pequeña parcela de la viña del Señor.
Mis más cordiales saludos y felicitaciones para todos los feligreses; mis oraciones para los que ya marcharon a la casa de Padre y mi ofrecimiento sincero para servir a todos y a cada uno, en lo que de mí dependa.
Que el Señor Jesús colme de bendiciones a nuestra Parroquia y que la Santísima Virgen de Begoña, como titular de la misma, la guie, proteja y acompañe.
Afectísimo en Cristo.
José Peralbo Ranchal. Carmelita
Párroco.
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